Reflexión: volviendo al primer amor
Esa mañana me levanté con semblante decaído como era costumbre hacía mucho tiempo, él una vez más preguntó qué me pasaba, si estaba enferma o tenía algún problema. Yo le dije que todo estaba bien. El marchó hacia su trabajo y yo me quedé una vez más aburrida y me dispuse a hacer mis labores cotidianas del hogar. Estaba cansada de mi situación, me sentía atrapada por la rutina, recordaba esos días en que me sentía feliz de haber formado un hogar con mi esposo. Pero hacía mucho esos bellos días habían pasado, los juegos artificiales se habían apagado y yo solo deseaba sentirme viva de nuevo como mujer. No podía quejarme de su trabajo y su empeño por darme lo que yo necesitaba, pero en su afán y en su rutina diaria había dejado de ser detallista y atento conmigo. A veces yo buscaba en la intimidad despertar esas pasiones perdidas, pero él parecía no entender mi lenguaje. En el sexo yo quedaba insatisfecha física y emocionalmente. A veces sentía que yo no le importaba, que sol...